SALVAR A UN HATER
ESTÁ EN TU MANO
En Accem llevamos desde 1990 trabajando para mejorar la situación y condiciones de vida de personas que viven en riesgo de exclusión social.
Hemos incluido un nuevo grupo, el de los odiadores, a los que ya prestamos ayuda. Por eso lanzamos la campaña “SAVE A HATER”.
Ofrecemos herramientas, información, vídeos y enlaces para combatir el racismo, la xenofobia, la misoginia, la homofobia y la propagación de contenido falso. Ayúdanos a salvarles.
HERRAMIENTAS
PARA NAVEGAR CON BRÚJULA POR LAS REDES
Desde SiembraRED vamos a plantar semillas de pensamiento crítico, de tolerancia y de solidaridad que nos ayuden a actuar en las redes sociales. ¡Porque las buenas noticias también existen!
Hace poco saltó a los medios la noticia de que la Fiscalía había iniciado investigaciones para identificar a las personas que estaban participando en una serie de grupos de WhatsApp en los que se estaban compartiendo frases como "los moros van a morir" o haciendo llamamientos a organizarse en grupos armados para agredir a personas inmigrantes que estaban llegando a las costas de Canarias. En estos grupos también se estaban compartiendo bulos relacionados con presuntas actividades delictivas llevadas a cabo por estas personas, fomentando la xenofobia y el racismo e incitando a llevar a cabo estas terribles agresiones.
Pero resulta que todo lo que se expresa en la red deja un rastro que es relativamente fácil seguir hasta dar con la identidad de quien lo realiza. Aunque nos pueda parecer que no es así, decir cualquier cosa en las redes sociales equivale prácticamente a gritarlo desde la ventana de nuestra casa, a cara descubierta.
Este también es un factor esencial a la hora de explicar por qué el número de delitos de odio ha incrementado un 45 % en los últimos años, según ha dado a conocer la propia Policía Nacional:
El odio solo engendra odio ⚫⚫
El odio envenena la sociedad ⚫⚫⚫⚫
El odio se multiplica rápidamente ⚫⚫⚫⚫⚫⚫
¿Sabes qué es un #DelitoDeOdio? ? pic.twitter.com/Fq4xqe20di
— Policía Nacional (@policia) December 4, 2020
Como bien sabemos en Save a Hater, todo acto tiene sus consecuencias. Por este motivo es necesario ser conscientes de que, realmente, la línea divisoria entre lo online y lo offline es extremadamente fina y que lo que plasmamos en la red tiene una repercusión de la que somos responsables y que puede afectar con mucha facilidad a otras personas.
https://www.youtube.com/watch?v=qro5oG4sIR8
En nuestras manos está no solo evitar el tener que afrontar situaciones de las que podamos llegar a arrepentirnos, sino también poner nuestro granito de arena para no fomentar la polarización y la descohesión social, no dar pábulo a bulos malintencionados y no replicar mensajes que solo buscan crispar nuestros nervios y generar discordia para sus propios intereses egoístas.
Pero, además, también tenemos la capacidad de hacer ver a las personas que nos rodean que sus actos pueden acarrearles consecuencias muy poco deseables. ¡Únete a Save a Hater y ayuda a los/as haters a ser conscientes de que sembrar odio, desinformar y fomentar la polarización social también tiene sus consecuencias en el mundo online!
Las activistas por los derechos de las mujeres comenzaron a emplear esa fecha para lanzar sus protestas ante la violencia de género hasta que en el año 2000 la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) declaró oficialmente esta fecha como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Queda mucho camino por andar y es importante entender que las agresiones físicas son solo la punta de un gran iceberg. Y es que la violencia por razón de género contra la mujer se produce en todos los espacios y esferas de la interacción humana, ya sean públicos o privados, como reconoce la ONU . Entre esos espacios está internet en general y las redes sociales en concreto.
Violencia de género digital
Afecta especialmente a las jóvenes y a las adolescentes, pero pueden llegar a sufrirla mujeres de cualquier edad. Es común que se le reste importancia porque a veces aún tendemos a creer que lo que ocurre en el entorno digital no es la vida real. Por eso es importante tomar conciencia de que existe la violencia de género digital y abrir bien los ojos para frenarla.
Hay muchos tipos de violencia y acoso que van desde la sextorsión (hacer chantaje usando fotos o vídeos con contenido sexual) hasta el ciberbullying (ejercer acoso psicológico contra una persona a través de las redes). Y lamentablemente están muy extendidos: un estudio reciente a que seis de cada 10 niñas y adolescentes sufren acoso en las redes sociales, la mayoría de las veces por conocidos.
Qué hacer
Tú también puedes ayudar a frenar conductas violentas y es importante que prestes atención a comportamientos machistas o invasivos en redes sociales como Instagram, Tik Tok, Facebook y Twitter y en grupos como whatsapp y Telegram. Aquí algunos consejos:
- Compartir fotos íntimas de otra persona está siempre mal. No es gracioso, viola su intimidad.
- Espiar el móvil de otra persona no puede considerarse nunca una conducta permitida, por muchos celos que tengas.
- Cada persona es dueña de sus redes sociales. Recuerda que nadie más debe decidir qué fotos publica o con quién habla a través de ellas.
- No se debe usar el móvil para controlar la vida de los demás. Si no contesta inmediatamente a los mensajes, hay que tener paciencia.
- No insistas. Si una persona decide que no quiere estar contigo, deja de escribirle repetidamente por las redes sociales, no comentes todas sus fotos ni des like a todo lo que suba. Respeta su libertad.
- No lo hagas tú y no dejes que te lo hagan. Si descubres que un amigo está ejerciendo alguna de estas formas de control o violencia, pídele que deje de hacerlo.
Consejos para arrancar el curso sin odio en las redes sociales (parte III)
Las redes sociales se han convertido en lugar de desfogues varios, espacios en los que cada vez más personas vierten su frustración y su rabia. Un día sí y otro también vemos señalamientos personales, llamadas al boicot, mensajes discriminatorios y muchos mensajes falsos que van aumentando la crispación y nos polarizan cada vez más, nos colocan en esquinas opuestas del ring antes del próximo round de boxeo. Puede que a ratos te haga gracia la pelea, que te sirva de desahogo, pero muchas de las personas usuarias de las redes sienten ansiedad.
Además puede llegar a marcar la agenda de la realidad. Si una pequeña protesta en una calle concreta de Madrid aparece en cientos de fotos, vídeos, tuits y mensajes de WhastApp, finalmente magnificamos lo ocurrido, le damos más resonancia y la extendemos mucho más allá de las fronteras de la ciudad.
Nuestro tercer consejo para este inicio de curso es que pruebes a hacer exactamente lo contrario: usar las redes sociales, los grupos de WhatsApp y Telegram para aprender, construir, divertirte, porque acabar con los entornos tóxicos también depende de ti.
Cuando internet se popularizó, muchas y muchos vieron un potencial gigante de cambio. Frente a la televisión, con la que solo podíamos recibir información y contenidos de manera pasiva, ahora teníamos la capacidad de participar, intercambiar y colaborar por medio de nuestros ordenadores. Y eso democratizaba nuestras sociedades, las enriquecía y nos permitía ensanchar nuestra visión de la realidad.
Los pensadores más pesimistas creen que esa promesa se ha roto, sobre todo en lo que se refiere a las redes sociales, y lo atribuyen a lo que Douglas Rushkoff llama economía de la atención. Twitter, Facebook, Instagram y cualquier otra plataforma basan su modelo de negocio en nuestra permanencia, hacen dinero consiguiendo que nuestros ojos permanezcan pegados a la pantalla el mayor tiempo posible. Y eso se consigue apelando a emociones muy primarias, de lo sensacionalista, lo que nos asusta o lo que nos excita sexualmente.
https://www.youtube.com/watch?v=O4zYB7qTt4Q
Lo cierto es que los algoritmos de esas redes potencia ciertas tendencias, como explicamos aquí, pero también es verdad que no somos máquinas y podemos probar a desmarcarnos del ritmo del odio y marcar otro paso en redes.
Te proponemos empezar a compartir noticias positivas. No se trata de caer en la ingenuidad, ni de pintar nuestras vidas de rosa, sino de demostrar con los hechos que nuestra realidad es mucho más rica y tiene más matices.
Ante episodios de xenofobia y discriminación durante la pandemia, nos viene bien recordar gestos de solidaridad y de apoyo mutuo entre vecinas y personas de diferentes orígenes. Ante las noticias falsas que culpabilizan a determinados colectivos de los contagios, es importante aportar datos contrastados.
También puedes probar a cambiar de tema por un rato, porque ocurren muchas otras cosas interesantes a nuestro alrededor. Hay cuentas en las redes sociales dedicadas a divulgar conocimientos sobre historia, cocina o fondos marinos, y te invitamos a descubrirlas y ponerlas en valor. Porque internet, como en sus principios, sigue siendo un lugar en el que podemos aprender e intercambiar y merece la pena echar pa fuera lo bueno.
Un proyecto de:
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