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Lávate las manos y no compartas audios

Un presunto responsable hospitalario nos cuenta que la situación está descontrolada; una hipotética médica de urgencia nos asegura que hay muchos más casos de coronavirus de los que cuentan; un familiar nos manda supuestas imágenes de saqueos de supermercados y una amiga nos reenvía un método casero para comprobar si nos hemos contagiado.

Nuestros móviles se llenan estos días de audios, mensajes de texto y vídeos de supuestos especialistas que dan noticias alarmistas, personas muy enteradas que nos adelantan primicias, amigos que aseguran tener información de primera mano.

Esos mensajes de voz se contagian por grupos de WhatsApp a un ritmo más vertiginoso que el de un virus. Y es lógico: nos sentimos desconcertados en una situación excepcional que puede afectar a nuestra salud y a muchos otros ámbitos de nuestra vida. Tenemos la sensación de que perdemos el control y de que nos falta información para evaluar el riesgo, a veces incluso sospechamos que nos engañan. Todo lo que ocurre nos genera gran expectación y nos sentimos tentados en ser los primeros en contar la última noticia en el grupo de amigos.

Por difícil que resulte, es precisamente en estos momentos cuando se hace más imprescindible reducir al máximo la propagación de bulos y rumores para evitar la alarma social. Por salud pública debemos acostumbrarnos a lavarnos mucho las manos y no compartir audios reenviados.

Para identificar los bulos del coronavirus, pueden seguirse algunos consejos básicos. El primero es el de aplicar el sentido común. No parece muy verosímil creer, por ejemplo, que haya afectados por el coronavirus en Euskadi que escupan en los asientos de urgencias para que todo el mundo se contagie, ¿verdad? Pues ese es uno de los audios que se difunde estos días. Si lo pensamos un poco tampoco parece creíble que contener la respiración sirva para comprobar un contagio ni que esnifar cocaína sirva para curarlo. Y eso también está circulando por WhatsApp.

El segundo consejo es el de dedicar un poco de tiempo a comprobar la veracidad de lo que nos llega y actuar con responsabilidad. Las cuentas oficiales de las autoridades sanitarias y las de verificadores de datos son una buena fuente de comprobación, aunque no sean infalibles.

Fuente: Newtral

 

Fuente: Maldito Bulo

El último audio que aparece en el grupo de WhatsApp es muy probable que ya haya sido desmentido, así que, por favor, haz una búsqueda en internet antes de usar el dedo rápido para compartir. No, el jefe de cardiología del Gregorio Marañón no ha mandado un mensaje contando que habrá un despegue brutal de cifras de contagios:

Tampoco nos valen las fotos o vídeos como prueba concluyente de que algo está ocurriendo. Esas imágenes pueden ser de otro momento o de otro país y se usan ahora fuera de contexto.

Por ejemplo, circula el vídeo de unos incidentes en Chile que está sirviendo para ilustrar el supuesto saqueo de supermercados en España. Se pueden utilizar herramientas de verificación inversa de imágenes para comprobar de dónde salen esos vídeos o fotos originalmente.

Además las imágenes muestran un instante que puede distorsionar la realidad. Hay quien hace fotos estos días de algún estante vacío en los supermercados unos minutos antes de que vengan a reponer los productos. Al verlas sentimos la urgencia de salir a comprar, ¿verdad?

Y es que uno de los grandes problemas es que esos mensajes pueden convertirse en profecías autocumplidas. Si nos llegan una y otra vez mensajes de desabastecimiento, acabamos cayendo en la trampa del miedo para correr hacia el supermercado y hacer acopio de papel higiénico y conservas. Y al final podemos acabar provocando precisamente problemas para reponer productos de primera necesidad. El remedio es peor que la enfermedad y nunca mejor dicho.

Si difundimos rumores anticipados de una supuesta e inminente prohibición de movimientos en una comunidad especialmente afectada, lo que puede ocurrir es que mucha gente trate de salir de manera precipitada y sin guardar las debidas medidas de precaución frente al contagio.

Cuando los bulos del coronavirus contienen parte verdad, se nos hace más difícil darnos cuenta de que son falsos. Por ejemplo, las recomendaciones de higiene que hacen los supuestos médicos en sus mensajes de voz y las explicaciones científicas que dan, provocan que les demos más credibilidad. Parémonos a pensar si el mensaje alarmista que subyace a esos mensajes sirve de algo en estos momentos, si vamos a ayudar a alguien compartiéndolo o por el contrario contribuiremos a sembrar el pánico.

Estos días en redes sociales se habla mucho de la necesidad de aplanar la curva del coronavirus. Debemos seguir las medidas de precaución como lavarse las manos, nos tocarse la cara, mantener la distancia, evitar viajes innecesarios y aglomeraciones es nuestra manera de contribuir socialmente en estos momentos. Quizás seamos personas jóvenes y fuertes, pero conviene pensar en que hay que controlar la propagación para evitar que se sobrepase la capacidad del sistema sanitario.

Para actuar con cautela y responsabilidad, resulta imprescindible mantener la calma e identificar las fuentes fiables. Evitemos que se propaguen también los bulos y corra el miedo como un virus por nuestros grupos de WhatsApp.

Los ‘MENA’, la nueva diana favorita para los bulos de los haters

Los conocidos como ‘MENA’ son niños, niñas y adolescentes –siempre menores de 18 años–, de origen extranjero y que han llegado a nuestro país sin estar bajo el cuidado de sus padres ni de ningún adulto.

Según datos facilitados por el Ministerio del Interior, a fecha de 31 de junio de 2019, España tenía en acogida o bajo su tutela, a través de los servicios de protección de menores de las distintas comunidades autónomas, a un total de 12.301 menores migrantes en esta situación. Así, suponen tan solo el 0,02 % de la población total nacional, una cifra muy lejana de la pretendida “invasión masiva” de la que alertan nuestros injustificadamente “preocupados” haters.

Exactamente. Los haters llevan un tiempo intentando hacernos creer que están muy alarmados y que existe una especie de “emergencia” por el número de niños, niñas y adolescentes que cruzan la frontera para labrarse una vida con más oportunidades y un futuro mejor para ellos y sus familias. Porque sí, por más que quieran utilizar el acrónimo ‘MENA’ para ocultar de lo que están hablando, se trata de niños, niñas y adolescentes. Todos menores de edad.

Contrastamos con datos: la gran mayoría de menores migrantes se integra de forma adecuada en la sociedad

Los bulos que más repercusión han tenido hacían referencia a menores migrantes sin compañía adulta que estaban en acogida por la Generalitat de Catalunya. En algunos, los más graves, se les ha intentado criminalizar, apuntándoles falsamente como responsables de algunos delitos que han llegado incluso a tener trascendencia en los medios de comunicación.

El objetivo de estos bulos es claro: hacer circular todo tipo de prejuicios y generalizaciones para dibujar una falsa imagen de delincuencia, marginalidad y desinterés por parte estos menores en su integración social, que de ninguna manera se corresponde con los datos oficiales ofrecidos por las instituciones catalanas.

Según los Mossos d’Esquadra, 8 de cada 10 menores que llegaron sin tutores se integraron satisfactoriamente en el sistema de protección de la Generalitat y nunca han delinquido. Así pues, la propia policía catalana argumenta es un “error” criminalizar a todos estos menores, dado que es una inmensa minoría la que presenta alguna dificultad en su integración.

De hecho, incluso entre los menores que llegaron sin compañía de un adulto y han cometido algún delito, casi la mitad lo ha hecho después de cumplir la mayoría de edad. De esta forma y ante estos datos, el argumento de presentar a este colectivo como “peligroso” y “conflictivo” termina de caer por su propio peso. ¡Ayúdanos a combatir el deseo de los haters de romper la convivencia descargándote y utilizando estas piezas para redes sociales!

¿Quieres profundizar? Consulta fuentes fiables

Numerosos memes con información manipulada, titulares de presuntas noticias descontextualizadas, afirmaciones sin fuentes que las respalden… Son casi infinitas las formas que toman las desinformaciones difundidas por los haters. Sin embargo, gracias a iniciativas como Maldito Bulo, se han demostrado que todas estas informaciones son falsas, al igual que ese presunto trato de favor hacia los y las menores migrantes que los haters nos quieren hacer creer que existe.

Sin embargo, y como ya hemos tratado anteriormente, la legislación es clara: se da exactamente el mismo tratamiento a personas inmigrantes que a autóctonas y la edad, el origen, la etnia o la nacionalidad nunca son criterios que sirvan como base para una discriminación ni positiva ni negativa.

La Convención de Derechos del Niño de las Naciones Unidas, de 1989, sentó los principios que toda legislación de los países que la hayan suscrito deben tener en cuenta a la hora de legislar sobre los derechos, obligaciones y libertades de los y las menores de edad. Así, su artículo 3 establece que “el interés superior del niño” –y no su origen, aspecto físico, lengua materna o cualquier otra excusa que quieran intentar vendernos los haters– será el principio máximo sobre el cual todos los demás deben estar supeditados:

“En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño”.

A nivel nacional, la ley que regula los servicios y la atención dirigida a la infancia migrante se encuentra en la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, que en su artículo 10.3 deja con meridiana claridad la igualdad de condiciones y de protección a este colectivo:

“Los menores extranjeros que se encuentren en España tienen derecho a la educación, asistencia sanitaria y servicios y prestaciones sociales básicas, en las mismas condiciones que los menores españoles. Las Administraciones Públicas velarán por los grupos especialmente vulnerables como los menores extranjeros no acompañados, […], garantizando el cumplimiento de los derechos previstos en la ley.
Los poderes públicos, en el diseño y elaboración de las políticas públicas, tendrán como objetivo lograr la plena integración de los menores extranjeros en la sociedad española, mientras permanezcan en el territorio del Estado español, en los términos establecidos en la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social”.

De esta manera queda en evidencia que la intención de los haters no es otra que generar confusión y desconfianza ante niños, niñas y adolescentes que se encuentran en una situación de gran vulnerabilidad. Porque, si no, ¿para qué iban a utilizar datos manipulados, mentiras y desinformaciones? Es necesario el compromiso de todas y todos para poner fin a estas acciones que polarizan a la sociedad y rompen la convivencia. ¡Ayudemos a los haters a salvarles de su propia espiral de odio!

¿Las personas inmigrantes abusan de las ayudas públicas? Derrumbamos el mito

Las ayudas se otorgan a las personas con rentas más bajas

Hay un tema que suena en Radio Hater como una mala canción del verano, pero que acaba por hacerse un hueco en la mente de muchos/as a fuerza de ser repetido insistentemente. La lista de canciones de los haters xenófobos es siempre igual, mezcla bulos y tópicos; estereotipos, falsedades y generalizaciones. Pero, como la canción del verano, resulta pegadiza y eficaz. Hoy analizamos la canción de los haters (o más bien el grito desafinado) que afirma que las personas inmigrantes copan todas las ayudas sociales.

Para empezar, es necesario decir que el acceso a las ayudas y a los servicios sociales es un derecho que en todo ámbito administrativo en España (estatal, autonómico y local) se rige, como norma general, por un mismo criterio: la situación socioeconómica personal o familiar.

Existen ayudas económicas o ventajas fiscales (en materia de vivienda, sanidad, educación, etc.) que se conceden a las rentas más bajas o cuando se carece de ingresos; no así por pertenecer a una etnia, religión, origen o nacionalidad determinada. Es más: si en la concesión de estas ayudas directas se discriminase por nacionalidad, sería una situación directamente inconstitucional e ilegal.

Vamos a ver algunos datos: apenas un 16 % de las personas usuarias de los servicios sociales fueron extranjeros (según datos de 2015, recogidos por Newtral); sólo el 9,7% de los beneficiarios de prestaciones por desempleo nacieron fuera de España (dato de 2017) y tan solo el 1% de las personas receptoras de pensiones eran extranjeras.

Tener residencia legal, requisito para acceder a prestaciones

Hay un elemento más a añadir y a tener en cuenta: en España, la ley establece que, para poder acceder a todo el catálogo de prestaciones sociales, a excepción de las más básicas, es necesario tener residencia en España. Esto deja fuera a muchas personas inmigrantes que, al encontrarse en situación administrativa irregular, no pueden cumplir con este requisito. Queda así en evidencia que la condición de extranjero no supone una ventaja en las posibilidades de acceder a estas prestaciones, más bien todo lo contrario.

Sí existen algunas ayudas destinadas a fomentar la integración social o de carácter humanitario, que, si bien su origen procede en gran medida de fondos públicos, no se otorgan de manera directa. Esos recursos se gestionan a través de las distintas ONG, que, como Accem, trabajan con personas en situación de vulnerabilidad o en riesgo de exclusión, quienes las conceden en función de criterios basados en la situación de vulnerabilidad y emergencia social.

Es necesario decir claramente que las ayudas humanitarias, que sirven para afrontar situaciones extremas de emergencia social, o las ayudas a la integración son fundamentales y necesarias para construir una sociedad diversa, cohesionada y equilibrada socialmente.

Tampoco hay que olvidar que las propias personas inmigrantes, también aquellas en situación irregular, contribuyen a la financiación de los servicios públicos a través de impuestos como el IRPF, que grava sobre la renta, o como el IVA, cada vez que se compra un producto o se contrata un servicio.

Junto a estos datos y argumentos, amigo/a salvahaters, te dejamos aquí algunas piezas para redes sociales para ayudarte en esa tarea nunca suficientemente ponderada de salvar a los haters de ese riesgo cierto de combustión espontánea.

Todas estas falsedades hacen mucho más daño de lo que parece. Desde Save A Hater queremos invitaros a desactivar el efecto tóxico de los bulos discriminatorios: párate a pensar cuál es la mejor manera de reaccionar, y después decide: corta la cadena, desmonta el mensaje discriminatorio, solicita la fuente del rumor para averiguar si es o no veraz y, en caso necesario, denuncia. Accede aquí a algunas herramientas que te pueden ser de utilidad.

¿Quieres profundizar? Consulta fuentes fiables

En España, a nivel legislativo, las competencias para regular las ayudas sociales recaen en su mayor parte sobre las comunidades autónomas, que fijan sus cuantías y los requisitos de acceso, que deben estar basados en criterios justificados conforme a la ley y, en última instancia, a principios como igualdad y universalidad.

Dentro del marco jurídico estatal, la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social –conocida como Ley de Extranjería–, estipula expresamente que para poder acceder a todo el catálogo de prestaciones de la Seguridad Social y de los servicios sociales, a excepción de los más básicos y que responden a situaciones de emergencia social, es necesario tener residencia legal en España.

La única subvención pública destinada específica y directamente a personas extranjeras que se encuentren en España es la destinada al retorno voluntario, es decir, “aquella dirigida a facilitar el regreso a sus países de origen a las personas inmigrantes que, cumpliendo los requisitos legalmente establecidos, así lo deseen”.

Por su parte, Maldita Migración ha realizado un seguimiento de estas ayudas a nivel autonómico y las distintas administraciones han dado una respuesta unánime: no se dan más facilidades de acceso a las ayudas a las personas de origen extranjero.

¿No será entonces que a nuestros/as estimadísimos/as haters lo que les molesta es que todas las personas puedan disfrutar de los derechos sociales en condiciones de igualdad sin discriminación por su origen étnico o nacional?

Notre Dame

Desinformación en el incendio de Notre Dame

El incendio de la catedral de Notre Dame causó conmoción en Francia y en todo el mundo. A la vista de turistas, de quienes viven en la ciudad y, a través de los vídeos en directo y fotos, de todo el mundo, se observó cómo las llamas destruían parte de este importante monumento artístico, Patrimonio de la Humanidad.

A la vez que esto sucedía en París, las redes sociales vivieron su propio incendio con mensajes que corrían como la pólvora, cargados muchos de ellos de especulaciones, rumores y bulos con la finalidad de generar desinformación. Lo que tenían en común estos mensajes que publicaban algunos medios de comunicación, webs dedicadas a publicar contenido falso o determinadas personalidades con impacto social, es su carga islamófoba.

Aun cuando las autoridades habían asegurado que el incendio de Notre Dame había sido un accidente, los mensajes contra la comunidad musulmana comenzaron a circular, haciéndolos responsables de estos sucesos.

Tal era la cantidad de bulos y desinformación contra la comunidad musulmana en las redes sociales y supuestos medios informativos, que webs de fact checking comenzaron a apagar desmentirlos, para apagar las llamas en las redes sociales.

Hashtags como #NotreDame #NotreDamedeParís y #NotreDameCathedral estuvieron de trending topic en Twitter por varias horas. Personas crearon cuentas falsas de medios de comunicación reconocidos como CNN y Fox News para comenzar a divulgar información falsa sobre un supuesto ataque terrorista.

En Twitter también se difundió un vídeo editado en el que se incluía un falso audio en el que se oía “Allahu Akbar” (Alá es grande). Otro bulo que circuló en redes sociales, fue una imagen de una persona dentro de la catedral que supuestamente portaba una chilaba o que portaba “vestimenta típica musulmana”. Esto fue desmentido y se confirmó que se trataba de un bombero ejerciendo su labor, en España este vídeo fue difundido por un usuario en Twitter que consiguió más de 3.400 reproducciones, según reseñó la web Newtral.

En momentos de crispación social, los haters aprovechan también para intentar colar noticias caducadas. Un artículo del diario inglés The Telegraph del año 2016 en el que se informaba sobre el hallazgo de un coche cerca de la catedral de Notre Dame con tanques de gas y papeles en árabe, se difundió el día del incendio, tal fue su difusión que el propio medio de comunicación se vio en la necesidad de editar la cabecera de la noticia para informar que la misma era de años atrás y que no tenía relación con este accidente.

Efectos reales en los colectivos señalados

Cuando se producen hechos de esta envergadura, toda la ciudadanía tiene la responsabilidad individual de no ayudar a difundir estas informaciones por las redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea, a fin de evitar la propagación de rumores y contenido falso. Estos estereotipos generan polarización social y provocan un daño real a los colectivos a los que se señalan, quienes muchas veces toman la decisión de alejarse y hasta darse de baja en las redes sociales para no sentirse atacados, como desarrolla el Informe Brechas publicado por Accem en 2018. Al final todo el mundo supo que el incendio de Notre Dame fue un accidente, pero el daño causado a la población musulmana apuntada una y otra vez queda marcado

Antes de compartir cualquier información, recordad verificar si el contenido proviene de un medio de comunicación reconocido, si está firmado por un periodista, ver la fecha y contrastar con otros medios de comunicación. En momentos de tensión todas y todos podemos ser haters, si conoces las herramientas podemos evitarlo.

maldita migracion

Maldita Migración, una herramienta para desmentir los bulos sobre migración

El equipo periodístico de Maldita.es ha lanzado una nueva web para combatir los bulos y la desinformación: Maldita Migración. Una valiosa herramienta al alcance de todas y todos quienes deseen contrastar una información o fotos referente a la migración.

Según datos de maldita.es uno de cada tres bulos por los que son consultados, tienen que ver con personas refugiadas y migrantes, colectivos que son utilizados para fabricar noticias falsas y desinformar a la población para a su vez generar una polarización social; situación que se eleva cuando se aproximan eventos electorales.

En estos tiempos en los que distinguir un contenido falso de uno real, celebramos la creación de nuevos proyectos como Maldita Migración, que ayudan a desmontar cifras, noticias, tweets e imágenes que se realizan para perjudicar a la población migrante y refugiada en España. La plataforma utiliza herramientas de fact-checking, lo que se basa en la verificación de hechos y datos utilizados principalmente en discursos (principalmente políticos), medios de comunicación u otras publicaciones.

Desde el pasado año la periodista española Clara Jiménez Cruz, cofundadora de Maldita.es (que engloba también Maldita Hemeroteca, Maldito Bulo, Maldito Dato, Maldito Deporte y ahora Maldita Migración), forma parte de los 39 especialistas del grupo de alto nivel para aconsejar a la Comisión Europea sobre el contenido falso que se propaga en Internet y la desinformación que genera, con el fin evitar que el contenido continúe circulando sin ser desmentido e identificar a los creadores de dicho material. También pertenece a la Red internacional de Verificación de Hechos, una unidad del Instituto Poynter.

Maldita Migración es posible además gracias al trabajo conjunto que realizarán con Oxfam Intermón. Desde Accem y Save A Hater os invitamos a utilizar esta y otras herramientas que os ayudarán a dejar en evidencia a aquellos y aquellas haters que fabrican contenido falso sobre colectivos vulnerables de nuestra sociedad.